1- Introducción
Relaté en los capítulos precedentes los acontecimientos que se produjeron en el disuelto Virreinato del Río de la Plata desde el 25 de mayo de 1810, inicio de la Revolución, hasta fin del mes de agosto de ese año, que terminó con los fusilamientos de los rebeldes de Córdoba. Fue durante este período que habría sido redactado El llamado Plan de Operaciones, atribuido a Mariano Moreno.
El nombre real del escrito es: Plano que manifiesta el método de las operaciones que el nuevo Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata debe poner en práctica hasta consolidar el grande sistema de la obra de nuestra libertad e independencia. (1)
Supuestamente, el Plan fue encargado a Moreno a pedido de la Junta de Mayo. Se trata de un tema polémico que divide a los historiadores y a los pensadores argentinos.
Voy a dar mi opinión de entrada: se trata de un documento falso, escrito por un agente realista, desde Montevideo o Río de Janeiro, destinado a provocar el apoyo del ejército del Brasil a los españoles sitiados en Montevideo y disgustar al gobierno británico que, con sus navíos, evitaba que fuera bloqueado el puerto de Buenos Aires.
Las ideas de distintos pensadores e Historiadores se encuentran en un libro de reciente aparición. Me refiero a Plan de operaciones en marcha, Más allá de Mariano Moreno, publicado por el periodista Eduardo Nocera.(2) Entre los entrevistados están Gabriel Di Meglio, Patricia Pascuali, Norberto Galasso, Mario Pacho O´Donnell, Nicolás Casullo, entre otros. Es un libro para consultar.
Además, me basaré en otros dos libros, El Plan atribuido a Mariano Moreno, de Carlos S. A. Segreti (3) y Plan de operaciones, Mariano Moreno, publicado por la Biblioteca Nacional. (4)
Segreti considera al Plan como apócrifo, y en sus páginas, demuestra con detalle los motivos que lo llevaron a esa conclusión.
El libro de la Biblioteca Nacional reproduce la primera discusión acerca del Plan, a fines del siglo XIX, entre Norberto Piñero y Paul Groussac, el primero defendiendo la autenticidad y el segundo considerando al Plan como Apócrifo. Al final tiene una extensa bibliografía y algunas consideraciones acerca de la argumentación de esos escritos, por lo que recomiendo a los lectores interesados a profundizar en este tema que recurran a ellos.
Mi objetivo es más sencillo, señalar los errores históricos y de redacción que hicieron aumentar mis sospechas de que el Plan es apócrifo. No haré una reseña de las discusiones historiográficas que están extensamente relatadas en los libros citados anteriormente.
Pero este supuesto plan de Moreno, inspira a muchos pensadores a deducir de él sus deseos de un nuevo plan político que tendría sus raíces en ese plan de mayo de 1810, de cuya redacción, supuestamente, se cumplieron 200 años. Es que estos pensadores necesitan una base histórica sobre la cual edificar y dar legitimidad a sus ideas. Me parece que hicieron una mala elección. Desde que leí por primera vez el texto del Plan, tuve la intuición de que era apócrifo. Que tenía contradicciones internas con respecto a los hechos de la realidad histórica de los primeros meses de la Revolución, no coincidía con las preocupaciones de los miembros de la Junta de Gobierno en esos primeros días después de mayo y, además, groseros errores en el texto que no podían haber sido cometidos por su presunto autor, Mariano Moreno. Lo curioso de aquellos que afirman la autenticidad del documento, es decir, que fue escrito por Moreno a fines de Julio de 1810 y entregado a la Junta el 30 de agosto de ese año, que dan como un hecho cierto su autenticidad, consideran que no hay que demostrarlo. Sería bueno que alguno de estos historiadores y pensadores se detenga a rebatir, si pueden, los puntos que hacen que pensemos que se trata de un documento falso.
Los que se acercaron al plan saben que fue publicado por primera vez en el año 1896, por Norberto Piñero en el libro: los Escritos de Mariano Moreno, usando una copia existente en el Archivo de Indias de Sevilla. La primera crítica fue de Paul Groussac que presumía que el escrito era apócrifo. Años más tarde, Ricardo Levene, en su libro La Revolución de Mayo y Mariano Moreno, sostenía que el escrito no había sido escrito por Moreno, que fue escrito en Montevideo por un oficial realista, Andrés Álvarez de Toledo, en momentos del sitio de esa ciudad.(5) Estos fueron los comienzos de la discusión histórica.
Pasemos ahora a tener algunas consideraciones teóricas acerca de la autenticidad, en general, de los documentos que sirven de material para comprender la historia. Me basaré en lo escrito por el historiador francés, Marc Bloch, en su libro Introducción a la Historia. (6)
En el capítulo: “La persecución de la mentira y el error” trata acerca de la forma que el historiador debe encarar el estudio de un documento presuntamente apócrifo. Nos dice que la impostura en la historia puede tomar dos formas. “Primero es el engaño acerca del autor y de la fecha: la falsedad en el sentido Jurídico de la palabra.” Y continúa poco más adelante: “Viene luego el engaño sobre el fondo”. Observa que la mayoría de los escritos dados con un nombre falso mienten también en su contenido. Considera que “no basta darse cuenta del engaño, hay que descubrir sus motivos, […] una mentira, como tal, es a su manera un testimonio.” Seguiré estos caminos para el estudio de este documento. (7)
Por último una aclaración, muchas de las pruebas de la falsedad del documento ya han sido señaladas por otros autores pero, para no complicar este escrito con muchas referencias, agregaré esa bibliografía al final.
Usaré el método indicado por Marc Bloch. En primer lugar analizaré la forma, es decir, los errores que cometió el que forjó estos documentos. En segundo lugar veremos la falsedad del contenido y, para terminar, en tercer lugar, establecer los posibles motivos de este engaño.
Agrego una cuarta pregunta no formulada por Bloch. ¿Qué hay en ese documento para que tantos pensadores, historiadores, escritores, ensayistas y también periodistas se ocupen de encontrar en este documento, falsamente atribuido a Mariano Moreno, un punto de partida para opciones políticas del día de hoy?
Por último una consideración. Muchos de los defensores de la autenticidad del Plan, se dedican a demostrar que muchas de los conceptos vertidos en él, coinciden con pensamientos de Moreno publicados en otros escritos y además, con sucesos que realmente ocurrieron durante la marcha de los primeros años de la Revolución de Mayo. Me parece que este enfoque no es el correcto.
Cuando uno se encuentra en un documento presuntamente falso, como por ejemplo un billete falsificado o una pintura atribuida a un pintor famoso, no interesa demostrar que ese billete o ese cuadro se parecen mucho al original. Lo que debemos observar es dónde el falsificador se equivocó, o sea dónde el billete no coincide con el original, o dónde el cuadro tiene trazos o colores que no usaba el artista copiado.
Por estos motivos pondré de manifiesto estos errores del falsificador, no me detendré en las consideraciones de quienes encuentran en el Plan, partes que podrían coincidir con el pensamiento de Moreno o con hechos históricos enunciados o vislumbrados en el Plan. Dejo para el lector curioso, al final, una extensa bibliografía.
(1) Ricardo Levene, Ensayo Histórico sobre La Revolución de Mayo y Mariano Moreno, Editorial Científica y Literaria Argentina, Buenos Aires, 1925, p. 176.
(2) Eduardo Nocera, Plan de operaciones en marcha, Más allá de Mariano Moreno, Editorial del nuevo Extremo, Buenos Aires, 2010.
(3) Carlos S. A. Segreti, El Plan atribuido a Mariano Moreno, Centro de Estudios Históricos, Córdoba, 1996.
(4) Plan de Operaciones, Mariano Moreno, Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2008.
(5)Ricardo Levene, Ensayo Histórico, op. Cit. p. 161 y siguientes.(2) Eduardo Nocera, Plan de operaciones en marcha, Más allá de Mariano Moreno, Editorial del nuevo Extremo, Buenos Aires, 2010.
(3) Carlos S. A. Segreti, El Plan atribuido a Mariano Moreno, Centro de Estudios Históricos, Córdoba, 1996.
(4) Plan de Operaciones, Mariano Moreno, Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2008.
(6) Marc Bloch, Introducción a la Historia, Fondo de Cultura Económica, México - Buenos Aires, 1957.
(7) Ibidem, p. 73 a 75.
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