En este capítulo analizaré el Plan en su conjunto, con respecto a su contenido y luego lo compararé con el contexto histórico y la problemática que ocupaba a la Junta de Buenos Aires en el momento de su supuesta elaboración.
Primero haré un análisis cuantitativo del espacio otorgado por el escriba a los distintos artículos que componen el Plan. Estimaré a todo el escrito como un 100%, y, a partir de allí, veremos en forma aproximada el espacio que dedicó a cada tema.
Artículo | Asunto propuesto | Asunto tratado | % |
Introducción | Métodos de rigor y castigo | 17 | |
1 | Manejo de la opinión pública | Sigue con los métodos sanguinarios | 12 |
2 | Sublevación de la Banda Oriental | Temas de Montevideo | 14 |
3 | Relaciones con España | Justifica el nombre de Fernando VII | 7 |
4 | Conducta con Portugal e Inglaterra | Termina hablando de Montevideo | 7 |
5 | Relaciones con interior del Virreinato | No concede importancia al tema | 2 |
6 | Política económica | Políticas sociales y de distribución | 10 |
7 | Agentes secretos en Portugal e Inglaterra | Asuntos de Brasil | 3,50 |
8 | Sublevación del Sur del Brasil | Asuntos de Brasil | 14 |
9 | Conquista del Río Grande | Asuntos de Brasil | 10 |
Conclusión | Tiene poca importancia – de forma | 3,50 |
Vemos en este análisis que la introducción y el primer artículo, que describen los métodos jacobinos y de terror de la Junta de Buenos Aires ocupan el 29% del Plan. Los temas que incumben a Montevideo ocupan el 21% del Plan, los temas referentes a la invasión del Sur de Brasil ocupan 27,5%, los temas económicos el 10% y los asuntos internos del Virreinato, es decir, las campañas que se comenzaban a llevar a cabo en la segunda mitad del año1810, me refiero a la campaña al Alto Perú y al Paraguay ocupan al escriba el 2% del escrito.
Entonces, con este pequeño análisis, ya podemos ver cuáles son los temas e intereses que importan al escriba:
1.- En describir los métodos operativos de la Junta como métodos de terror y asemejarlos a aquellos empleados por la Revolución Francesa haciendo referencia a cortar cabezas, como un recuerdo de la guillotina, ocupa el 29% del Plan.
2.- En los problemas de Montevideo, el sitio y los posibles armisticios negociados entre Buenos Aires, Montevideo e Inglaterra, ocupa el 21% del Plan.
3.- En la conquista del sur de Brasil ocupa el 27,50% del Plan
Es decir que, entre los problemas de Montevideo, la invasión a Brasil y el sistema de terror, ocupan al escriba casi el 77% del Plan. Pero si estudiamos los problemas encarados por la Junta de Buenos Aires y por Mariano Moreno durante los primeros cinco meses de la revolución vemos que éstos no eran temas que ocuparan en forma inmediata a la Junta de Buenos Aires.
Entonces, ¿cuáles eran los asuntos que absorbían la atención de los miembros de la Junta en los primeros meses de la revolución? Eran aquellos que tenían que ver con que las provincias interiores del extenso Virreinato del Río de la Plata le prestaran obediencia y, en caso contrario, enviar tropas para derrotar a las autoridades realistas y lograr que los pueblos le prestaran obediencia y eligieran sus representantes para el Congreso. De esto, ninguna palabra en el Plan.
Esto lo podemos comprobar por la correspondencia y las disposiciones emitidas por la Junta, todas ellas refrendadas por Mariano Moreno, inclusive durante los meses que según el autor del Plan, se encontraba con licencia por enfermedad.
En efecto, la Junta estaba preparando dos campañas militares, la expedición al Norte, que se proponía llegar al Alto Perú, y, tal vez, al mismo Virreinato del Perú, y la expedición al Paraguay, encargada a la conducción de Manuel Belgrano. De estas campañas, que la junta estaba organizando, nada se menciona en el Plan.
La primera preocupación de la Junta fue la rebelión de Santiago de Liniers y el gobernador de Córdoba, Juan Antonio Gutiérrez de la Concha. La represión de esta intentona contrarrevolucionaria tuvo lugar mientras que supuestamente Moreno escribía el Plan, pero en él no hay ninguna mención de estos hechos.
En efecto, podemos mencionar como la circular de la Junta que decreta la sentencia de Muerte para los conspiradores del 28 de julio. Dice: “la junta manda que sean arcabuceados”. Está firmado por todos los miembros, incluyendo a Moreno. (1) El mismo día Moreno le escribe a Feliciano Chiclana para que, sin esperar el resultado de la revuelta de Córdoba, comience a dirigirse al Norte para atajar a los insurrectos. El 17 de agosto le envía otra carta a Chiclana quejándose de que no se había cumplido la orden de arcabucear a los sublevados de Córdoba. El 10 de octubre le escribe nuevamente poniéndolo al tanto de los sucesos de la Revolución. Comenta el levantamiento del bloqueo impuesto por Montevideo gracias a la intervención del Almirante inglés, Robert Ramsay, además le dice que había estallado la revolución en Chile y agrega que Belgrano partió con su expedición a Santa Fe. También en otra carta a Chiclana contradice al del autor Plan. En efecto, le comunica que “El Cabildo había reconocido secretamente la Regencia, y conservaba relaciones criminales con los pueblos divididos”. Todos han sido desterrados. Es decir que, aunque podrían haber sido acusados de traición y pasados por las armas, el castigo fue el destierro. No el cortar cabezas, como el escriba dice en el Plan. (2) En toda esta correspondencia no hay ninguna mención a la invasión a la Banda Oriental y menos a la conquista de Río Grande en Brasil.
Tampoco el escriba del Plan menciona estas preocupaciones en las que Moreno y la Junta se encontraban absorbidos durante los primeros meses de la Revolución. Son innumerables los ejemplos de estos hechos en toda la correspondencia de la Junta de Buenos Aires y de sus miembros durante 1810. También en los bandos y en los ejemplares de la Gaceta de Buenos Aires.
Entonces, en contraste con los problemas del Gobierno de Buenos Aires, el escriba nos muestra un Mariano Moreno preocupado por usar métodos jacobinos, preocupado por la suerte de Montevideo y preparando una invasión al sur de Brasil. Esto no tiene nada que ver con el contexto de las operaciones del primer año de la Revolución y sí tiene que ver con las preocupaciones e intenciones del escriba.
Pero reconozco que el Plan es un documento, aunque fraguado, histórico al fin, y como tal debería tener un propósito. En el siguiente capítulo trataré de mostrar el porqué de la existencia de este documento, los ejemplares existentes, las posibles intenciones del escriba y las fechas posibles de su redacción.
(1) Biblioteca de Mayo, op. cit, tomo XVIII, p. 16260.
(2) Enrique Ruiz-Guiñazú, Epifanía de la Libertad, documentos secretos de la Revolución de Mayo, Editorial Nova, Buenos Aires, 1952, p. 377 siguientes.
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