jueves, 20 de enero de 2011

La reacción realista ante la Revolución de Mayo



La reacción de los realistas ante la Revolución de Mayo no se hizo esperar. Ya vimos que estaba en marcha el levantamiento del gobernador de Córdoba, vimos el intento de insurrección frustrado de en la provincia de Mendoza, sabemos de la respuesta de Montevideo y de Paraguay de no reconocer a la Junta de Buenos Aires. Pero otra amenaza llegaba del desde Perú. En efecto, el virrey José Fernando de Abascal y Sousa, dispuso anexar al Virreinato del Perú, los territorios del Alto Perú, que pertenecían al Virreinato del Río de la Plata.

En una proclama fechada el 13 de julio de 1810, Abascal se expresaba en los siguientes términos con respecto a los criollos:

Hombres destinados por la naturaleza, a sólo vegetar en la obscuridad y abatimiento, sin el enérgico carácter de la virtud, y con humillante debilidad de todos los vicios, aspiran a lograr la vil efímera representación, con que los execrables delitos, señala a los grandes criminales. No hay país alguno en la tierra, que no esté expuesto a sufrir la desgracia de abrigar en su seno, con abominables monstruos, que enmascarados, con el simulado disfraz, de amor a la Religión, de la Patria y el bien público, sólo intentan por su particular interés, la desorganización, la anarquía y el desorden. (1)

Este es un ejemplo de la forma en que los nativos en España catalogaban a los criollos. Esta manera de ver a los criollos es un ejemplo más de una de las causas que provocaron las revoluciones de América Española.

Pero sigamos con la proclama de Abascal. Dispuso que los pueblos que dependían del Virreinato del Río de la Plata pasaran a depender nuevamente del Perú, de la forma que existía antes de las reformas borbónicas. Sigue diciendo que: “se lo han solicitado por los más expresivos oficios el Señor Presidente de Charcas, su real audiencia, […] La Imperial Villa de Potosí, la ciudad de la Paz y Córdoba del Tucumán.” Esta medida obligará a la Junta de Buenos Aires preparar y enviar una expedición a esas provincias para que se incorporen nuevamente a las Provincias del Río de la Plata.

Es decir que, en el mes de julio de 1810, el gobierno revolucionario de Buenos Aires estaba en peligro. En Montevideo, la marina española dominaba el puerto y la ciudad amurallada. Las provincias del Norte: Paraguay y el Alto Perú se aliaban con el virrey de Lima y amenazaban con invadir el territorio desde el Norte. Además, los miembros de la Junta de Gobierno de Buenos Aires conocían lo acontecido con las juntas que se establecieron en Cochabamba y la Paz en el año 1809. Los españoles consideraban a los revolucionarios como criminales y fueron pasados por las armas como traidores. Es decir que los revolucionarios de Buenos Aires sabían que ponían en juego sus propias vidas.


(1) La Revolución de Mayo a través de los impresos de la época, Comisión Nacional Ejecutiva del 150 Aniversario de la Revolución de Mayo, Buenos Aires, 1965, Tomo I, p. 399.



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