miércoles, 8 de junio de 2011

5 ¿Por qué, cuándo y por quién fue escrito el Plan?



Vimos en los capítulos anteriores que el escriba pone en boca de Moreno acontecimientos futuros que sucederían un año después y posiblemente en años posteriores.  Acá seguiré a dos estudiosos, un historiador y un abogado y diplomático que se refirieron al Plan desde veredas distintas aunque ambos contribuyeron a aclarar aspectos antes ignorados del Plan. En efecto, me refiero a Carlos Segreti y Enrique Ruiz Guiñazú, cuyos trabajos ya fueron citados anteriormente.

Sabemos que la primera copia conocida del Plan fue encontrada por Eduardo Madero en el archivo de Sevilla mientras buscaba antecedentes para la construcción del Puerto de Buenos Aires. Sabemos que la letra es de Álvarez de Toledo según demostró Ricardo Levene. En el año 1896, Norberto Piñero publicó el Plan dentro de un trabajo que incluye diversas obras y escritos de Mariano Moreno, considerándolo verdadero. A partir de esa publicación se suscita una polémica acerca de la autoría del Plan que continúa hasta el día de hoy. Al lector interesado en conocer detalles de esta polémica recomiendo leer los libros publicados por los autores arriba mencionados y otros que detallaré en la bibliografía.

Pero se encontraron nuevas copias del Plan. En el año 1916, Francisco Silva publicó una copia del Plan Existente en la Biblioteca Nacional de Madrid. Esta copia tiene una introducción firmada por la Princesa Carlota con fecha del 26 de enero de 1815.[1] Una tercera copia se encontraba en manos de libreros  de Londres, Stevens, Sons y Stiles. Esta copia del Plan se encuentra en la actualidad en la biblioteca de la Universidad de Michigan y posee una  aclaración muy importante que analizaré más adelante en este capítulo.[2]  Una cuarta copia se encuentra en el Museo imperial de Petrópolis, en Brasil, de letra de un funcionario de Montevideo.[3] Ricardo Levene encontró una nueva copia del Plan (la quinta) en el Archivo General de la Nación que tiene la particularidad de tener anotaciones al margen en portugués, esta copia fue enviada por la Embajada Argentina en Portugal.[4]

Entonces, lo curioso es que ninguna copia fue encontrada en territorio del Río de la Plata. Fueron encontradas en Brasil, España y Portugal. Pero además, las notas adjuntas a estas copias datan de 1814 y 1815.

Analizaremos primero las “Advertencias” que anteceden la copia que se encuentra en la Universidad de Michigan y de la que Ruiz Guiñazú publicó en su libro una fotografía.[5] También en la obra de Segreti existe una trascripción de esta Advertencia.[6]
La Advertencia comienza diciendo que:

“Hallándome en la corte de Río de Janeiro asociado al caballero […] don Felipe Contusi, vecino de Montevideo y comisionado diplomático por aquel gobierno, y yo de su secretario solicitando no sólo auxilios para aliviar aquel pueblo, sino tratando de […] ver cómo podíamos enredar y enemistar dicho gabinete con el gobierno de Buenos Aires […] me fue remitido de Buenos Aires, para el dicho plano […] y habiendo venido dicho papel tan oportunamente, y tan consecuente a nuestras ideas de enemistar el dicho gabinete con la junta de la capital, luego inmediatamente fue presentado el mismo original a S. A. R. el Príncipe Regente, y a la Sra. Princesa y demás Ministros de nuestra parcialidad, copias que para el efecto se tradujeron al idioma portugués, sólo para enconar los ánimos de todos aquellos que podían sernos útiles a nuestros designios […] y hallándonos en estado de conseguir mucho, sucedió la fatal pérdida de la Plaza que paralizó todos nuestros designios, y entonces fue cuando se determinó pasase yo a las cortes de España conduciendo pliegos reales de aquella corte para S. M. C.”[7]

Luego de describir la forma en que adquirió la copia del Plan que ya conocemos, termina la Advertencia con esta frase:

“Tal es el motivo de haber venido a mi poder el dicho papel del que he hecho siempre el mejor uso para nuestro beneficio, y también presenté copias al Ministro de Estado y de Indias en el año 1814.” [8]

Trascribí partes completas de este documento pues nos brinda importantes datos acerca del camino que recorrió el Plan de Operaciones y porqué se encontraron copias en Brasil y en España.

La Advertencia está escrita en primera persona por el secretario de Felipe Contucci. Primero: Quién es este secretario. Por la frase final podemos saber que se trata de Álvarez de Toledo, que fue quien llevó el Plan al ministro de Fernando VII, como veremos enseguida. Segundo: Álvarez de Toledo escribió que, junto con Contucci intentaron enemistar a la Corte de Portugal, todavía radicada en Río de Janeiro, con el gobierno de Buenos Aires y así conseguir el envío de tropas brasileras en contra de los sitiadores de Montevideo pero, mientras duraban estas gestiones, se tuvo la noticia de la caída de Montevideo lo que hacía inútil las gestiones. Tercero: nos dice que viajó a España y presentó copias al Ministro de Estado de Indias, cosa que en efecto, concretó Álvarez de Toledo.

Para comprender esto es necesario relatar brevemente el contexto histórico de Europa y del Río de la Plata. En España, Fernando VII había retornado al trono luego de la derrota de Napoleón en Marzo de 1814. En cuanto a Montevideo, el segundo sitio comenzó en octubre de 1812 y terminó con la ocupación de la ciudad el 23 de mayo de 1814 por tropas de Buenos Aires. Es decir que la Advertencia posiblemente haya sido escrita desde España en 1815, una vez que Álvarez de Toledo entregara el Plan al ministro de Fernando VII.

Esta nota escrita por Álvarez de Toledo afirma expresamente que el Plan fue usado para enemistar a la corte de Portugal con Buenos Aires y así socorrer a Montevideo y que, dadas las incongruencias del Plan que hemos visto en los capítulos anteriores con la realidad de los problemas que tenía la Junta de Buenos Aires en el momento en que supuestamente fue escrito el Plan, la gran cantidad de espacio dedicado a la situación de Montevideo y los capítulos escritos con el objeto de insurreccionar el sur de Brasil y la conquista de Río Grande, puedo concluir que pudo haber sido concebido por Felipe Contucci y escrito por Álvarez de Toledo para los fines que consigna la Advertencia: conseguir ayuda para la defensa de Montevideo.

Continuamos entonces con la actuación de la dupla, Contucci y Álvarez de Toledo. Para construir este relato haré uso de la publicación del Archivo General de la Nación: Política Lusitana en el Río de la Plata.[9] En esta colección de documentos se encuentra publicada la quinta copia conocida del Plan de Operaciones y en el Archivo pude ver el original, escrito en castellano pero con interesantes apostillas al margen manuscritas en portugués, que comentaré más adelante.

Es importante conocer cómo llegó esta nueva copia a la Argentina. La colección de documentos provenientes de la corte portuguesa residente en Río de Janeiro conocida como Colección Lavradío, fue adquirida por la Legación Argentina en Lisboa y proviene de archivos particulares del Marqués de Lavradío. Un antepasado del Marqués tuvo el cargo de Mayordomo Mayor del rey Joao VI. Cuando la corte volvió a Lisboa, llevó consigo esos papeles. Fueron adquiridos por la Legación Argentina y finalmente donados al Archivo General de la Nación.[10] Abarcan documentos desde 1808 hasta 1820 y muchos se relacionan con el tema que nos ocupa.

Hechas estas aclaraciones volvamos a Contucci. Aparece establecido en un campamento en la frontera entre Brasil y la Banda Oriental. Desde allí entabla una interesante correspondencia con la Princesa Carlota. En una carta fechada el 4 de enero de 1813 en el campamento instalado sobre el río Yaguarón, escribe la siguiente frase que me recuerda a pasajes del Plan de Operaciones:

“Más como si llega a realizarse el plan principiado, y aun fuera de este caso, para continuar las empresas que sucesivamente me sugiera la vehemencia con que tengo la honra de emplearme en el augusto servicio de V. A. R., se me han de presentar graves inconvenientes en razón de la falta de oficiales expertos e idóneos que me ayuden, y contribuyan al buen éxito de las operaciones,”[11]

Vemos que Contucci sigue siendo partidario y correspondiente con la Princesa Carlota y está dispuesto a combatir a los patriotas de Buenos Aires y la Banda Oriental, estos últimos comandados por Artigas. Además que yo resalté en negritas las palabras Plan y operaciones. Esto no prueba nada pero es sugestivo.
El 12 de febrero escribe nuevamente a la Princesa lamentándose de la retirada de las fuerzas portuguesas de la fortaleza de Santa Teresa y agrega: “hallándome con el sentimiento de ver aun sin presuntas de realización el plan que en mi anterior hice presente.”[12]

El campamento fue atacado por las fuerzas patriotas comandadas por Domingo French en junio de 1813 y las tropas realistas reunidas por Contucci fueron derrotadas por lo que se debió abandonar el campamento de Yaguarón.[13]  

En marzo de 1814 encontramos a Contucci en Río de Janeiro donde establece un contacto epistolar con el Intendente General de Policía, Paulo Fernández de Viana. En una carta a Viana del 14 de marzo de 1814 le anuncia la posible caída de Montevideo. Por ese motivo le explica que: “Mi plan es sencillo, de poco costo, de ningún compromiso, sumamente útil para este reino y de mucha gloria para S. A. R., el Príncipe Regente Nuestro Señor.” Nuevamente el Plan.

Continúa la misiva con una frase que me llamó la atención cuando leí el Plan de Operaciones. No me extrañó que el supuesto escriba diga acerca de Diego de Souza, que comandó la invasión portuguesa a la Banda Oriental en 1811, lo siguiente: “lleno de vicios, mal visto de todos, adusto y de poco concepto público, venal escandaloso, apegado al interés y al negocio”. Dudo que Moreno conociera el carácter de Souza.

En la carta Contucci escribe acerca de Diego de Souza: “no existe un hombre más criminal, pues se atrevió a conspirar hasta contra Nuestro Amable Soberano.” [14]

El 20 de abril de 1814, Andrés Álvarez de Toledo le envía a Viana una nota de la que extractaré algunos párrafos significativos: “Remito a V. Sa. una copia, sacada de la copia del original, que el 2° jefe del ejército de Artigas…” Esta frase nos resulta conocida a los que estudiamos alguna de las cinco copias del Plan. Pero más significativa es la siguiente:

“Mi plano en consecuencia, no sólo no compromete la dignidad y el decoro de S. A. R. no falta a la buena fe del armisticio, que por intervención de Inglaterra hizo este gabinete con la capital de Buenos Aires por las relaciones de alianza e intereses que con aquella los une mutuamente; sino que también para verificarlo, no se necesitan ni tropas, ni dinero, ni algún otro auxilio que sea gravoso. Y por el contrario es el plano, además de facilísimo, el más humano y beneficioso, propio al carácter de S. A. R. para salvar los derechos de su Augusto Hermano (y mi Monarca)) Fernando 7° e igualmente de la Sra. Princesa su Augusta Esposa, y sucesores.”[15]

La palabra plano está repetida dos veces y coincide con la copia que el mismo Álvarez de Toledo escribió y que se encuentra en el Archivo de Sevilla. Además repite lo que Contucci había escrito el 14 de marzo: un plan sencillo y sin costos.

Pero el 23 de mayo de 1814 las tropas de Buenos Aires, al mando de Alvear, toman la ciudad fortificada de Montevideo. Entonces el plan de Contucci y de Álvarez de Toledo, que pretendía llevar auxilios portugueses a los realistas sitiados en Montevideo  queda en la nada.

En el próximo capítulo veremos cuáles fueron las fuentes que usaron Contucci y Álvarez de Toledo para redactar el Plan. Veremos que se basaron en informes y correspondencia que llegaban a la corte de Río de Janeiro. Algunos de estos escritos fueron tomados en cuenta para redactar el plan y son muy posteriores al 30 de agosto de 1810.




[1] Carlos A. Segreti, op. cit. p. 21.  También en Ruiz Guiñazú, p. 227.
[2] Enrique Ruiz Guiñazú, op. cit. p. 228.
[3] Ibidem, p. 237.
[4] Carlos A. Segreti, op. cit. p. 57.
[5] Enrique Ruiz Guiñazú, op. cit. p. 228.
[6] Carlos A. Segreti, op. cit, p. 100 y 101,
[7] S. M. C. Su Majestad Católica, es decir Fernando VII.
[8] Las negritas son mías.
[9] Política Lusitana en el Río de la Plata, Archivo General de la Nación, Colección Lavradío, Buenos Aires, 1961-1964.
[10] Ibidem, Tomo I, p. IX – X.
[11] Ibidem, Tomo III, p. 98.
[12] Ibidem, Tomo III, p. 101.
[13] Ibidem, Tomo III, p. 106.
[14] Ibidem, Tomo III, p. 162.
[15] Ibidem, Tomo III, p. 176-177.