viernes, 19 de noviembre de 2010

Situación política en el virreinato luego de la Revolución de Mayo


En este capítulo veremos cómo reaccionaron los distintos pueblos o provincias que dependían de Buenos Aires al crearse la nueva Junta de Gobierno. La Junta había mandado una circular invitando a los cabildos de los pueblos del interior instándolos a jurarle obediencia y a enviar un delegado a la Capital para un Congreso que determinaría la forma de gobierno.

Montevideo, en un primer momento aceptó reconocer a la Junta de Buenos Aires pero, al poco tiempo, cambió de opinión y reconoció al Consejo de Regencia, que se había instalado en la isla de León, frente a Cádiz, que era la única porción de España que no se encontraba en manos francesas. Recordemos que la Junta de Buenos Aires actuaba en nombre del rey prisionero, Fernando VII, pero no reconocía al Consejo de Regencia por considerar que no poseía autoridad suficiente.

Los españoles europeos se plegaron a reconocer al Consejo de Regencia y a la autoridad de España sobre los dominios de América. En cambio los americanos deseaban la independencia.

El 9 de junio el Cabildo de Buenos Aires recibió un oficio del Cabildo de Montevideo, con fecha 6 de junio, que relataba los acontecimientos ocurridos en la capital de la Banda Oriental. Decía que el pueblo se había reunido en Congreso General y había acordado “unirse cordialmente a la capital”. Cuando estaban por elegir el delegado que debía dirigirse a Buenos Aires, entró al puerto un bergantín procedente de Cádiz que traía noticias de la instalación del Consejo de Regencia y que éste había sido reconocido por todas las provincia y por las cortes de Inglaterra y Portugal. Leídas las proclamas y las noticias procedentes de España, el pueblo reconoció al Consejo, lo que fue festejado con “salvas de artillería, repiques de campanas, iluminación, y tedeum.” (1)

De esta forma la Banda Oriental quedó separada de Buenos Aires y esto dio lugar a numerosas guerras, ocupación de tropas portuguesas en un complejo conflicto que duró hasta la creación de la República Oriental del Uruguay, luego de 20 años, en 1830.

También comenzaron a llegar adhesiones y rechazos a la Junta, por lo que se fue conformando un panorama de las provincias del virreinato que adherían a la Junta y las que no aceptaban su instalación. Esto dio comienzo a una guerra que se extendería a todos los dominios españoles en América y que durará quince años, hasta la batalla de Ayacucho en diciembre de 1824.

Los documentos de la época nos permiten reconstruir el panorama de adhesiones y rechazos que condicionaba a la Junta y limitaban el territorio sujeto a su autoridad. Ya vimos el rechazo de Montevideo. En los próximos capítulos veremos las adhesiones a la Junta de Buenos Aires para finalmente considerar los rechazos y la forma en que el gobierno de Buenos Aires procedió en cada uno de esos casos. De esta manera podremos apreciar el panorama político y territorial del antiguo virreinato a fines de 1810.


[1] Biblioteca de Mayo, op. Cit. Tomo XVIII, p. 16190.

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